Pensé que con tanto tiempo libre sacaría mucho para para dedicarme a escribir en el blog. Sin embargo los día pasan rápido, muy rápido. Tampoco estoy leyendo más que de costumbre, y me distraigo con mucha facilidad o quizá sea que no alcanzo la concentración necesaria para ponerme a ello. 
Hubo unos días en los que empecé a dormir mal. Me despertaba muchas veces a lo largo de la noche, y aunque luego conseguí dormirme de nuevo sin problema, sé que no era un sueño reparador porque por la mañana me costaba muchísimo despertar, o almeno, salir de la cama. Afortunadamente esa etapa parece que ya está superada. 
Imagino que nuestra mente, y nuestro cuerpo necesitan acostumbrarse a todo esto. No es solo cuestión de rutinas (que hemos ido modificando según las circunstancias) sino de alimentación, forma de movernos (o no movernos), la luz que nos llega, el aire… todo nos afecta de una manera u otra. Nuestra tarea es afrontar que nos afecte de la manera más positiva posible. 

Ayer compartía en Instagram una imagen en la que se ve un enorme círculo que representaría nuestra vida, y dentro de ese círculo, un puntito en uno de los extremos que representa este momento que estamos viviendo. Meditando sobre eso, creo que por un lado tiene razón. Nuestra vida es mucho más que esto que nos ocurre ahora, sin embargo, este momento, al igual que cualquier otro momento transcendente, puede afectar de muchas maneras a todo el conjunto. Es por ello que es tan tan importante trabajar para que esos cambios que todos damos por sentado que habrá, sean para bien. 
No sé si te pasa, pero ahora cuando veo películas en las que la gente se toca, se abraza, o acude al supermercado, tengo la sensación de que están haciendo algo peligroso, que no lo están haciendo bien. ¿Cuando por fin podamos salir ese miedo nos habrá calado tan hondo que dejaremos de hacerlo? 
Creo que en ese aspecto sí que quedaremos algo tocados. Sinceramente ahora mismo cuando pienso en qué haré cuando salga no me imagino fundiéndome en un gran abrazo con mi familia o con mis amigos, sino más bien deseo compartir risas, tiempo, disfrutar del aire libre, pasear con ellos. Es curioso, porque soy una persona cariñosa y bastante besucona, pero creo que la responsabilidad pesará sobre todos nosotros. Y ese pequeño distanciamiento físico se mantendrá de algún modo.
Por otro lado creo que nos hemos dado cuenta, sobre todo cuando ya llevamos semanas en nuestras casas, de cuántas cosas son innecesarias y cuántas son indispensables. Cómo hemos malgastado el tiempo y las fuerzas en cosas y acciones que ahora mismo resultan hasta ridículas y cómo hemos infravalorado otras sin las que ahora mismo no podríamos vivir o viviríamos mucho peor. Cada uno sabrá, pero lo que está claro es que todo se está poniendo en su sitio. 
Hay veces que siento que estamos recuperando las cosas buenas de otras épocas, ya no de nuestra infancia, sino de la de nuestros abuelos. Cuántos hemos vuelto a fabricar nuestro propio pan, bizcochos, galletas, volver a hacer esas recetas que nos recuerdan a nuestras abuelas, el recuperar el tiempo en familia juntos en el cuarto de estar o comiendo todos sin prisa en una misma mesa y turno, las partidas de cartas en casa, ocupar el tiempo con aficiones que creíamos olvidadas o retomando viejas aficiones. 
Todo esto es enormemente positivo, y hay que aferrarse a ello para no caer en la desolación de la pérdida, en el hastío de las horas infinitas. Hay que aprovechar para que al igual que lo malo, esto también cale hondo en nuestra personalidad y cuando todo acabe, cuando llegue ese día que volvamos a nuestras rutinas, sepamos hacerlo, y lo hagamos, bien. Que sepamos separar lo importante de lo que no lo es. 
Ya queda un poco menos para ese gran día, pero ahora es el momento de decidir hacerlo aún más especial. Está en nuestras manos.

2 Comentarios

  1. Unknown

    Hola Esther, me ha encantado. También creo que nos va a afectar de alguna forma en la forma de relacionarnos… pero espero que quede todo lo bueno que esta sacando esta situación y como dices… a que sepamos separar siempre lo que es verdaderamente importante. Un abrazo y te leeré a partir de ahora! Gracias!

    Responder
  2. ISABEL

    Preciosa entrada, Esther. Tenemos que sacar lo que de positivo hay en este confinamiento. Yo, por ser boticaria, estoy activa, pero mi nivel de comunicación con mi equipo en lo referente a compartir emociones, recuerdos y vivencias es excepcional.

    A veces estamos agotadas, otras muy sensibles, pero todas con ganas de ayudar y ayudarnos. Hacemos compras conjuntas en el Mercado Central ( que traen a la farmacia), intercambiamos recetas, traemos como merendola o tentempie creaciones de lo más variado.
    Un saludo y cuidaos mucho.

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *