Volver al Arte de vivir: Cómo la Cultura enriquece nuestra existencia

Feb 23, 2025 | aprender, Bienestar, crecimiento personal, recomendaciones, Reflexiones

Vivimos en una era de inmediatez. Todo tiene que ser rápido, práctico y, a ser posible, con resultados inmediatos.

Nos hemos acostumbrado a la gratificación instantánea: mensajes de texto, contenido exprés en redes sociales, consumo de información en pequeñas dosis que muchas veces olvidamos al instante. Pero, ¿qué nos está pasando en el fondo? ¿No te has sentido alguna vez como si estuvieras en un bucle sin fin de tareas y distracciones, sin realmente experimentar algo profundo y significativo?

A lo largo de los siglos, el arte, la literatura, la gastronomía y la música han sido la forma en que los seres humanos han encontrado significado en la vida. No son simples entretenimientos o lujos, sino herramientas esenciales para conectar con nosotros mismos y con los demás.

 Son ventanas a otros tiempos, a otras emociones y a otros mundos que, lejos de alejarnos de nuestra realidad, nos ayudan a comprenderla mejor.

Mi propio camino hacia esta reflexión no fue de la noche a la mañana. Y tiene un punto irónico.

Hubo un momento en mi vida en el que me di cuenta de que, a pesar de estar ocupada todo el tiempo, y aún, creyendo conocerme bien gracias a todas las herramientas que yo misma difundía en OEMVI, sentía un vacío. Me faltaba algo, pero no sabía qué era.

Llevaba años leyendo mucho menos de lo que me gustaría y entre lo poco que leía (en comparación con años anteriores o mi adolescencia) eran libros de crecimiento personal.

Me daba rabia porque recordaba perfectamente esa experiencia de perderme en las páginas de una historia bien contada. De repente, despertó en mí una necesidad, y puse entonces todo de mi parte para recuperar el placer de sumergirme en algo que no tenía un propósito inmediato, sino que simplemente me hacía sentir viva.

Por otro lado, como mi día a día transcurría entre obras de Arte, visitar una exposición en mi tiempo libre era el último de mis planes. Necesitaba desconectar. Sin embargo sentía que aquello era un sin sentido. A veces incluso me planteaba hasta qué punto era una verdadera amante del Arte, al que solo me decicaba de forma profesional, pero no de corazón.

Este sentimiento se acrecentó cuando tras optar por dedicarme en exclusiva a OEMVI, seguía sin pisar un museo salvo durante los viajes.  Pero es que lo irónico es que cuando lo hacía ¡me sentía tan bien! ¿Por qué no hacerlo en Madrid? Así que un buen día hace unos meses cogí y me fui yo sola a ver una exposición, y la disfruté y algo se movió en mí.

A partir de ahí, empecé poco a poco a recuperar el valor de lo que realmente nutre el alma: dedicar tiempo a diario a leer novelas por el mero placer de leer por leer, pero también a visitar exposiciones, y observar una obra de arte sin prisa. A saborear una comida y un vino, mientras disfruto de la buena compañía, o volver a emocionarme al escuchar una pieza musical sin hacer nada más. A escuchar podcast de historia, a ver documentales.

Descubrí que el verdadero crecimiento personal no solo se encuentra en los libros de desarrollo personal o en los podcasts de productividad, sino en todo aquello que nos permite ver la vida con más profundidad y belleza.

Este post es una invitación a recordar que el arte de vivir no se trata solo de hacer más cosas, sino de hacerlas con más sentido. No se trata de acumular experiencias, sino de disfrutarlas realmente. Es un llamado a frenar, a respirar, y a reencontrarnos con aquello que nos hace humanos: la capacidad de sentir, crear y conectar a través de la cultura.

Sé que este es el penúltimo post del Club, y estamos ya en modo despedida. Pero no quería dejar pasar la oportunidad de desvelarte y acercarte mi vivencia, por si a ti te ayuda de algún modo o simplemente te ayuda a recordar la importancia de reintroducir estos pilares en tu vida cotidiana.

Una invitación a dedicar tiempo, aunque sea unos minutos al día, para disfrutar del arte, la literatura, la gastronomía y la historia.

Porque integrar estos elementos no solo nos hace más cultas, sino mucho más humanos, conscientes y plenas.

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