Septiembre siempre ha sido el mes de “la vuelta al cole”. De pequeños a las aulas, y de adultos al trabajo.
Quizá en esta etapa de nuestra vida, toca volver antes, pero aún habiendo vuelto como yo en agosto a la oficina, la ciudad sin tráfico y disponibilidad de aparcamiento, las tiendas cerradas, el despacho medio vacío (cuando no vacío del todo), los grupos de whatasapp con actualizaciones diarias de cervezas en la playa, mariscadas en Galicia, y atardeceres en lugares exóticos, hacen que la verdadera vuelta sea en septiembre.
Y ya hemos vuelto todos.
Sigo teniendo, como de pequeña, la ilusión de un nuevo comienzo. Incluso me gusta estrenar algo en mi escritorio, como cuando sacábamos aquella goma de Milan Nata nuevecita del estuche. La sensación de resetear, de comenzar una nueva temporada, de tratar de mejorar aquello en lo que flaqueé el pasado curso, de ponerme manos a la obra con todas las ideas que he ido acumulando en mi cabeza durante el verano.
Dicen que septiembre es como enero, un mes de comienzos. ¿Por qué no aprovecharlo? Podemos verlo de dos formas: Por un lado el momento perfecto para dar el empujón final a todos aquellos propósitos que nos hicimos hace ocho meses, y reconducir la cosa si es que nos habíamos desviado de nuestro objetivo. O bien, aprovechar y establecer unas nuevas metas para el curso.
Pero también puedes hacer una mezcla de ambas en función de cómo esté la situación. Es decir, hay veces que merecerá la pena retomar el camino, y otras, en las que más vale ser realista y dejar para mejor ocasión aquella meta que te marcaste en enero y que no has conseguido alcanzar ni tu primer objetivo para lograrla.
De cualquier modo, se trata de una nueva oportunidad, y no debes dejarla escapar.
Mi vuelta al cole implica retomar mi hábito de madrugar para emplear una hora, hora y media diaria en hacer aquello que me viene bien antes de que el resto de la familia despierte. Escribir, leer y hacer 15 minutos de ejercicio. Es fundamental para mi. Noto que cuando no lo hago por un período de más de una semana pierdo la perspectiva y empiezo a perder el rumbo. Las vacaciones me han dado mucho juego, pero el madrugar no ha sido una prioridad.
Mi vuelta al cole implica retomar mi buena alimentación. Tras el despiporre veraniego en el que no me he privado de ningún antojo y he pasado absolutamente de todo, toca volver a cuidarse. Comer saludable. Dentro de este apartado, he incluido una nueva meta: reducir al máximo el consumo de refrescos, bollería industrial, alimentos procesados y azúcar.
Mi vuelta al cole implica seguir trabajando en alcanzar mi meta de consumir responsablemente. En esto no hemos bajado la guardia durante las vacaciones, es más, en casa no hemos tirado por primera vez en cinco semanas seguidas, ningún alimento. Hemos comprado aquello que sólo necesitábamos cuando ya no había una alternativa en casa. Con planificación y controlando los caprichos no ha sido excesivamente complicado. Además hemos conseguido concienciarnos más sobre el mal uso del plástico y la importancia de ir buscando alternativas en nuestro día a día.
Mi vuelta al cole implica tres nuevos retos personales:
– Volver a tocar al piano como hace años. Es más, mi meta es en Navidad tocar la pieza favorita de mi abuela tan bien como lo hacía ella. Para ello voy a practicar cada día 20 min. mientras los mayores se duchan y preparan sus mochilas para el día siguiente.
– Retomar mi alemán y mejorarlo. Siento la necesidad de recuperar mis raíces, y hablarlo y escribirlo con más fluidez. Mi meta en Navidad es escribir a toda mi familia en Alemania, sin ayuda alguna de mi padre, (y no vale las típicas frases de cortesía). Para ello voy dedicar dos tardes a la semana durante 45min. a repasar gramática y vocabulario mientras mi hijos están en sus entrenamientos.
– Tomar el control de las fotos familiares. Imprimir las bonitas o graciosa, pegarlas en nuestro diario de familia, organizar las otras por años… La sobremesa del día de Navidad quiero poder pasar rato en familia viendo fotos de todos de los últimos años. Para ello los domingos después de comer aprovecharé para poner al día el diario.
En fin, como veis la idea es marcar un objetivo, una fecha para alcanzarlo y una pauta para lograrlo.
Tienes que contestarte a estas tres preguntas y si además las compartes y dejas por escrito (por ejemplo abajo en comentarios) será más fácil que lo logres:
¿QUE QUIERO CONSEGUIR?
¿CUANDO LO QUIERO CONSEGUIR?
¿QUÉ VOY A HACER A DIARIO PARA CONSEGUIRLO?
Y ahora si que si, ¡Bienvenido Septiembre! Espero tus objetivos…
Es un regalo contar con tu apoyo, energía y consejos. GRACIAS.
He hecho los deberes y como cada año he hecho mi lista de objetivos para este nuevo curso. Algunos son clasicos y otros son nuevos. Lo que más me ha gustado es destinar un tiempo concreto para conseguir el objetivo y una fecha. Tomo nota!! Gracias por compartir. El piano está en mi lista también pero detrás de otros. Me ha hecho gracia verlo en la tuya.