¿Te desmotivas haciendo una dieta? Normalmente puede ser porque a la semana de comer siempre lo mismo te embargue el aburrimiento, y porque es imposible adelgazar 10kilos en una semana sino que lleva su tiempo.

¿Te desmotiva ver la larga lista de cosas pendientes que tienes delante? Claro, es que es literalmente imposible hacer todo eso en un día, ni en dos, ni en tres. Necesitarías tener super poderes para lograrlo. Y ante eso, el cerebro tiende a procrastinar.

Podría darte 20 ideas para mantenerte motivada, de hecho esa era la idea inicial, pero entonces pensé que al toro es mejor agarrarlo por los cuernos, y que me agradecerías más no añadir a tu ya extensa lista de cosas a hacer, mejorar, terminar que fuese al quid de la cuestión.

Hace un año, como sabes, pasé por una época mala. Me sentía desmotivada en general. Desmotivada con mi vida. Una rutina a modo de hámster en su rueda. Por un lado creo que me venció un poco el aburrimiento vital (si es que se puede definir así) y por otro el ver que era imposible cambiar las cosas. Al fin y al cabo eran prácticamente perfectas.

Y así es como entró en mi vida vida la Regla de Ricitos de Oro (Goldilocks’ Rule)

La vida al final es una búsqueda constante del equilibrio.  También entre la distracción y la disciplina. Una suma de pequeñas batallas. Y dependiendo de la dureza de las mismas nos veremos más o menos capacitados a afrontarlas.

Yo quería un cambio, pero no me veía capaz porque lo veía como una enorme guerra que librar. Y entonces encontré esta frase del psicólogo Gilbert Brim que sin duda se ha convertido en uno de mis pilares a la hora de alcanzar cada uno de mis sueños:

¿Qué pasa cuando juegas un partido de tenis contra un niño pequeño? Pues no sé tú, pero yo me aburro y en la mayoría de los casos lo dejo al rato. Sin embargo, cuando juego con alguien de mi mismo nivel o incluso un poco mejor que yo me pico. Me pico, me motivo, y peleo por cada punto. Y puede pasar la hora reservada y querer jugar más, o directamente citarnos de inmediato para una revancha.

De hecho, es como si entráramos en un estado de felicidad. Como cuando logras ese estado de concentración que te permite avanzar todo y más, en el que el tiempo y todo lo que ocurra a tu alrededor pasa inadvertido. Vas viendo todo lo que estás logrando y quieres aprovechar ese momento, te sientes bien, te sientes positivo, sientes que estás cerca de tu objetivo y que lo vas a lograr. Estás feliz.

Pues en la vida en general pasa lo mismo. Necesitamos trabajar en el nivel óptimo de dificultad y así lograr una recompensa por tu esfuerzo prácticamente inmediata. ¿Pero cómo?

Divide lo que consideras imposible o muy difícil de modo que se convierta en pequeños objetivos más factibles, pero ya sabes, siempre manteniendo un grado de dificultad que te motive. Lograr cumplir con el primero te dará la satisfacción y empuje necesarios para alcanzar el siguiente. Y querrás más y más.

Igual de importante es medir tus progresos inmediatos. Ese feedback positivo que alcanzarás al cumplir con cada uno de tus retos, es esencial para mantener la motivación al alza.  

En mi caso fue desmenuzar ese gran cambio que deseaba en distintas metas. Cada meta estaba situada en una parcela concreta de mi vida. Además, esas metas las dividí en pequeños objetivos a alcanzar en períodos de semanas, meses y hasta tres años.

Ver que los primeros objetivos eran logrables (aunque suponían un esfuerzo por mi parte, pero no un cambio radical en la vida de mi familia) me animaron a entrar en una nueva dinámica. Me motivaron.

En resumen, aunque hay otras mil pequeñas formas de mantener la motivación (de las que te hablaré la semana que viene), lo principal es lograrla. Y en este post, espero que descubras, como hice yo hace tiempo, las claves:

¿He conseguido animarte? Si quieres sabe el porqué del principio de Ricitos de Oro te espero en mi cuenta de Instagram . ¡¡ Te agradecería muchísimo que si este post te ha gustado lo compartas!!