¿Verdad que hay muchas veces que te obsesionas con algo, con que te va a ocurrir algo (generalmente malo), y empiezas a ver coincidencias, signos, que alimentan esa preocupación y que hacen que te obsesiones cada vez más y más, hasta que muy probablemente ocurra?
Pues ¿por qué no usar esa “obsesión” para que te ocurran cosas buenas? De eso, es de lo que quiero hablarte hoy: de la importancia de usas correctamente el foco de nuestros pensamientos.
Llamamos FOCO a aquello en lo que, por la razón que sea, centramos nuestros pensamientos. Puede provocarnos alegría y satisfacción, sin embargo, la tendencia de la mayoría es a que nos provoque desasosiego, preocupación o enfado. Es decir, malos pensamientos.
Es algo que yo creía que hacía inconscientemente. Incluso llegué a pensar que eran pensamientos un poco premonitorios porque al final, en muchísimas ocasiones, se llegaban a hacer realidad. Porque mi mundo, de repente se inundaba de cosas similares, personas a las que le ocurría algo parecido, llegaba a mí, de la forma más “fortuita”, un artículo sobre el tema, o viendo la tele se hablaba de algo parecido… Se llenaba de coincidencias o incluso me pasaba a mi.
Es como cuando quieres tener un bebé, o crees que estás embarazada y no ves más que mujeres con enormes barrigas caminando por la calle. Como si media población femenina de tu ciudad estuviera a punto de dar a luz. Nuestro FOCO se ha dirigido a aquello que nos obsesiona.
Mi marido el otro día me decía que desde que mis hijos y yo le insistimos con tener un Teckel en casa, no ve más que perros de esa raza por la calle. De hecho, dice que el barrio se ha visto invadido por ellos, que antes no estaban. Obviamente, si muchos de ellos son viejitos, llevan ahí muchos años que los ha ignorado por completo. Esto es que su FOCO se ha dirigido hacia este tema de controversia familiar.
Es nuestro FOCO DE ATENCIÓN. Y es FOCO mucho más importante de lo que algunos creen, porque está demostrado que “te conviertes en aquello que piensas” (Earl Nightingale)
Te conviertes en aquello que piensas
Por eso es fundamental que trabajemos en evitar poner el FOCO en lo malo, y nos centremos en solo cosas buenas. Parece difícil pero no lo es tanto.
Quizá ahora estés sumido en un mar de obsesiones negativas, enfermedad, preocupación laboral, familiar… eso lo único que te lleva es a que lo veas todo aún peor de lo que quizá sea o pueda llegar a ser.
Tal y como se hace con los niños pequeños, cuando cogen una rabieta por algo, o se ponen a llorar por aquello que en ese momento les parece dramáticamente injusto, debemos distraer la mente inmediatamente con otra cosa, poner el foco en el algo completamente distinto.
Con mis hijos lo hago mucho, sobre todo con la que aún es pequeña. Cuando se enrocan en algo, cuando se enfurruñan, trato de centrar su atención en algo completamente distinto. Y funciona. Prácticamente se olvidan de la causa de su enfado.
Quizá, a nuestro cerebro adulto, le cueste un poco más desvincularse de lo malo, pero te aseguro que es posible y que con un poco de práctica te resultará mucho más fácil de lo que piensas.
Cuando empiezo a obsesionarme con algo malo, inmediatamente me busco otra cosa completamente distinta y positiva. Te pongo un ejemplo personal.
Empiezo, no sé muy bien por qué, a darle vueltas en la cabeza a un ruidito que hizo el coche el otro día: ¿ qué será? Comienzo a pensar en que “seguro que se va a averiar, y lo hará en el peor de los momentos, justo cuando nos vamos de vacaciones o aún peor, en pleno viaje, que tengo que ir al taller, pero seguro que ahora están todos desbordados y no me lo van a aceptar hasta dentro de unos días, porque mira qué cantidad de coches se ven averiados últimamente, el otro día ¿Cuántos vimos de camino a La Granja? ¿Seis o siete, no?, como esa grúa que va tres coches más allá que lleva un coche a remolque, así vamos a terminar en la carretera, con todas las maletas, los niños y además a 40º… “¿te suena?
En ese caso, inmediatamente me digo, Esther frena, que te conviertes en lo que piensas. Así que me esfuerzo, porque hay que esforzarse, en cambiar mi pensamiento por otra cosa más positiva. Suelo empezar por algo trivial y al hilo de lo que me preocupa, como “tengo que pensar bien lo que me voy a llevar a la playa, porque este año tenemos que volver a aquel restaurante que descubrimos el último día del verano pasado que tenía un pintón estupendo, o vamos a hacer una excursión al interior y tengo que llevar un zapato cómodo que la última vez se me ocurrió ir en sandalias y es bastante incómodo…” en fin, mi FOCO abandona los pensamientos malos de averías, gastos, retrasos, etc. y se centra en qué debo incluir en mi maleta para unas vacaciones fantásticas, cenando a la luz de las velas junto al mar, o paseando de la mano de mi marido por un pueblo blanco andaluz.
El tema del FOCO es bastante mas amplio e importante. Hoy solo he querido recordarte, porque en el fondo sé que todos lo sabemos queramos o no, que compensa, y con creces, centrar nuestros pensamientos en las cosas positivas.
“Puedes mejorar todo lo que consigues en tu vida si diriges tu mente hacia tu punto de enfoque deseado. Cualquier cosa en la que concentres tu atención aumentará; si la retiras, disminuirá. Por eso es muy importante poner tu atención en lo que deseas y no en lo que no deseas.” Raimon Samsó en Cita en la Cima.
Esta es la frase que compartí ayer domingo en Instagram en la que aparece uno de mis libros de cabecera (puedes adquirirlo aqui), si deseas que profundice más en este tema házmelo saber. Si te ha parecido interesante, no dudes en compartirlo con todos aquellos que creas que les puede ayudar de algún modo. Y sobre todo GRACIAS por estar aquí, dedicándome este rato.
Es verdad!!!. Ojalá lo aplicáramos más. Gracias.
Me encanta que hallas vuelto!!!!
Y el post de hoy es fantástico, muchas gracias
No puedo estar más de acuerdo con el tema que expones. Y que facilidad tenemos en poner nuestro foco en temas negativos!! Un abrazo y gracias por compartir!