LA IMPORTANCIA DE LA GRATITUD (1ª Parte)

Ene 15, 2018 | crecimiento personal, desarrollo personal


“La gratitud es un sentimiento, emoción o actitud de reconocimiento de un beneficio que se ha recibido o recibirá ” (Wikipedia) 
Hace unos meses, en medio de mi búsqueda de formas para superar una crisis personal, me topé con un texto en el que hablaba de la importancia de la gratitud. El artículo hablaba de la nueva psicología positiva. Una corriente que había florecido este siglo y por la que se demostraba que la gente que practica la gratitud, que se siente agradecida es más feliz, y se siente más fuerte y motivada para el día a día, para superar los problemas. 
No falta decirte que no dudé un momento en darle una oportunidad. Y el resultado se notó desde el primer instante. El cambio se produjo inmediatamente. 
Me senté delante de un papel y empecé a enumerar todo aquello por lo que estaba agradecida, y entonces, según iba escribiendo me di cuenta de lo afortunada que era. Y la sensación de enfado permanente que tenía, se fue transformando en paz al momento. 
Durante un par de semanas rellené mi cuaderno de gratitud (así lo llamé), con todas las cosas buenas que me pasaban, que me rodeaban. Desde la sensación de confort que siento cuando me despierto arropada bajo el edredón, a el espectacular atardecer que veo cuando vuelvo del trabajo. El tener comida sana que llevarme a la boca, la caricia de uno de mis hijos, oír sus risas, poder pasear por El Retiro… 
Entonces me di cuenta de que la lista crecía y crecía, y que yo cada vez era más feliz. ¡Lo había conseguido! 
Al poco tiempo dejé de escribir a diario, porque ya era capaz de hacerlo naturalmente. Y ahora sólo vuelvo a mi cuaderno cuando veo que decaigo y me dejo llevar por la negatividad y el pesar. 
Y es que la gratitud lleva a mantener la mente en un estado natural de positividad, que a su vez provoca otro montón de cosas buenas. 
Tratando de saber más del tema, encontré numerosos estudios científicos, realizados en universidades de prestigio como Harvard, en los que se demuestra innumerables beneficios en aquellos que practican la gratitud a diario. Desde mejor resiliencia y optimismo, hasta una sustancial mejora de la presión arterial, un fortalecimiento del sistema inmunológico, una mejor calidad del sueño. 
Pero ¿es tan fácil notar el cambio como te lo pongo? A mi personalmente me resultó muy muy sencillo, ya te digo, fue casi instantáneo, pero he encontrado artículos en los que hablan de que hay personas que estamos “programadas” para mantener cierta actitud positiva, pero en general la mente humana tiende más a dejarse llevar por los pensamientos negativos que por los positivos. 
“La mente es como Velcro para las experiencias negativas y Teflón para las positivas” dice Rick Hanson. 
La buena noticia es que la gratitud es algo fácil de practicar, y que empezando por cosas pequeñas que nos rodean (tener electricidad, agua, ropa, comida…) crearemos una espiral que irá creciendo y creciendo sin que nosotros pongamos mas que buena voluntad por nuestra parte. 
Te animo a que estés o no en una mala época, hagas la prueba. Empieza por apuntar en un papel todo aquello que tienes, que te rodea, cualquier cosa por lo que puedas estar agradecido, y cuéntame qué ha ocurrido. ¿Ha mejorado tu día? ¿Te has sentido mejor? ¿Ha menguado tu ansiedad?

3 Comentarios

  1. cocinillas

    Me encanta el post, me haré un cuaderno como el tuyo y seguro que hay muchas cosas positivas mas que negativas. Ya te contaré

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  2. Unknown

    Yo también he pasado por momentos críticos donde piensas, ¿Por que a mi?, ¿si yo no hago mal a nadie?, pero la vida se te torna difícil de ahora para después y entonces fue cuando me lo planteé. Decidí que las cosas malas vendrán cuando tengan que venir sin que yo pueda remediarlo, pero…. ¿y las buenas que tengo a diario y no valoro?. Empecé también como tú, por disfrutar del aire del mar cada día yendo al trabajo. De las conversaciones matutinas en casa con mis hijos, contando cuales son sus preocupaciones y anécdotas del colegio, del olor de su piel cuando se recuestan sobre mi regazo. Y de los abrazos que me da mi marido a cualquier hora del día, sin que hayan mas motivos que querernos (que ya está bien). Miro a mi alrededor y pienso, ¿de que me voy a quejar?, quejarse y no dar gracias sería egoísta. Y desde luego, a mi la vida me cambia, mi circunstancias me hacen ver que soy afortunada y que efectivamente HAY QUE DAR GRACIAS TODOS LOS DÍAS. Que malos días, tengo como todo el mundo, pero mi ejercicio infalible es aceptar que tengo derecho a tener un día mal, porque la felicidad continua no existe, es humano y natural, pero que seguro que o durará hasta el día siguiente y que durmiendo se me pasará ese mal humor.

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  3. Marta

    Para mí es fundamental. Siempre intento serlo, pero en septiembre tuve un accidente y si no hubiera mantenido una actitud agradecida, no hubiera superado el estar inmóvil durante dos meses. Gracias por tus post, que me han ayudado mucho

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